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PRÓLOGO

 

Para mí, desde hace ya algún tiempo las creaciones artísticas no son la consecuencia de lo que han producido unos cuantos artistas iluminados.

 

Las pinturas que vemos en los museos, las imágenes que se nos clavan en nuestra retina y las maravillosas obras de arte que no dejamos de admirar, no son fruto de una inspiración divina que aparece para desvelarnos los secretos más ocultos de nuestra condición humana.
 

No.
 

Si bien es verdad que el Arte nos puede ayudar a profundizar más en nuestra naturaleza como seres humanos, para aceptarnos, comprendernos y mejorarnos, creo que no es tan cierto que esas obras sean exclusivamente la consecuencia de un don. En mi opinión no son más que el fruto de una manifiesta disposición al trabajo y de una capacidad adquirida para finalizar propuestas. Solo así daremos forma visible a las ideas que se van macerando en nuestras imaginaciones.

Las obras de arte (y eso es lo que voy a intentar demostrar aquí) son la consecuencia del aprovechamiento adecuado de un tiempo y de un espacio, ambos limitados.

 

Que haya momentos de mayor intensidad emocional y espiritual durante el proceso es algo incuestionable. En cualquier etapa de nuestra vida, y especialmente en las inflexiones entre una etapa y otra, hay momentos de lucidez repentina que nos ayudan a concebir nuevas ideas, pero insisto en que las obras de arte no dependen tanto de la inspiración como de la gestión adecuada del tiempo y del espacio.  

Cuando digo que dependen del tiempo, me refiero a que dependen…

  • Del período histórico al que pertenezcan esas obras,

  • De los años de experiencia que tenga el creador,

  • De la calidad de la formación que haya recibido,

  • De la constancia con la que se dedique a crear,

  • De su dedicación a la hora de preparar y elaborar esa obra,

  • De los días que pase pensando en cómo mostrarla.

Pero también dependen del espacio…

  • Del espacio en que se realice (taller, casa, academia…)

  • Del lugar en que se presenta (museo físico, red social, museo virtual, institución, tienda…)

  • De la audiencia incluida en ese espacio (amigos, familiares, críticos, enemigos...)

  • Y por último, del mundo interior del artista (sus recuerdos, sus sueños, su vida espiritual...)

Por tanto, más allá de centrarnos en esa inspiración caprichosa que tanto se ha venerado en otro tiempo, vamos a dedicarnos a gestionar bien nuestros tiempos y nuestros espacios. Solo así obtendremos el máximo rendimiento de nuestro trabajo.

Ese es el propósito de esta guía: Obtener el máximo rendimiento.
 

  • Muchos son los voluntariosos que no han sido constantes en el tiempo ni han aprovechado las oportunidades que ofrecían sus espacios para perfeccionar sus habilidades creativas.

  • Muchos son los que se se fiaron a ciegas de su talento y lo desperdiciaron por no haberlo sabido dirigir a merced de una voluntad firme.

  • Son pocos en cambio los que diariamente se dedican a gestionar su tiempo de una manera productiva.
     

Solo los que son conscientes del momento en el que se encuentran, serán capaces de aprovechar las oportunidades para rendir al máximo. El talento, y esto es algo que nos ha enseñado el siglo XXI, es totalmente irrelevante.

 

Partiendo de esta base, creo que el título más adecuado para bautizar la guía que ya estamos siguiendo es el siguiente: 

 

ARTE DE UN TIEMPO Y UN ESPACIO

Desde que la escribí hace tres años, a mí me ha servido para dar clase a segundo de bachillerato, pero también me sirve para sistematizar los procesos que sigo con naturalidad a la hora de crear algo.

Si quieres ver algunas de esas creaciones, puedes visitar mi web: www.luimmi.com

Después de más de una década dedicándome a la educación, he aprendido que lo más relevante no es lo que una persona aprende, sino cómo aplica lo aprendido en los asuntos culturales (arte, política, ciencia, gastronomía, deporte...).

 

Pero aplicar el conocimiento que uno tiene no es una tarea que se deba imponer desde fuera. El motor de la evolución es más bien interno. No depende tanto de la exigencia del guía como de la voluntad de la persona que es guiada.
 

Dicho de otro modo, obligar a los alumnos a hacer cosas creativas aplicando lo que han aprendido es prácticamente inútil. La creatividad debe nacer en uno mismo, y los buenos guías solo pueden facilitar los medios para que esto se cumpla.

 

¿Y yo como profesor cómo me las he apañado para facilitarles esas herramientas? He intentado que aprendan a tolerar la ambigüedad y la incertidumbre. He procurado que sean perseverantes, que confíen en sus ideas, que dialoguen, que cooperen y que pregunten.

 

Cuando ven que mi autoridad no se basa en gritos ni enfados, cuando descubren que solo se puede validar dialogando y cooperando, entonces me respetan y se toman en serio lo de aplicar lo que han aprendido.

 

Les propongo hacer un proyecto y lo que presentan al final del curso normalmente me deja totalmente sorprendido.

 

Obviamente, sigo también las indicaciones que me piden desde el Ministerio de Eduación. Analizamos imágenes identificando sus partes, clasificándolas, describiéndolas, valorándolas...

 

Pero crear una imagen no es algo que puede ser enseñado. No nos pueden obligar ni siquiera a ser profesores creativos porque la creatividad, insisto, viene de dentro. No se exige desde fuera.

 

  • No sé cómo funciona la intuición, así que no puedo obligarte a usarla.

  • No puedo demostrar cómo nace una imagen en tu mente.

  • No entindo los misterios de la imaginación.

Lo que sí tengo claro es que la intuición, la imaginación y el misterio de la creación son los timones que dirigen mi vida. Abarcar ese margen de incertidumbre con entusiasmo es algo infrecuente, pero es lo que hago.

 

Hay que reconocer que el panorama educativo en España no es el más apropiado para ponerse ahora a tirar cohetes, pero si vivimos esta incertidumbre del misterio con entusiasmo, estoy convencido de que algo útil puede hacerse.

 

En fin, si os cuento todo esto es porque en más de una ocasión mis alumnos me aconsejaron que les habría ayudado empezar el curso recibiendo una explicación sobre cuál era mi visión de la educación y su relación con la creatividad.

 

Pues así es como veo el panorama y así es como me posiciono. Espero haberme explicado claramente para facilitar el seguimiento a lo largo de este curso

 

Profesores, estudiantes y personas que habéis llegado aquí por casualidad, este libro es para vosotros:
 

  • Si eres enseñante y lo usas para dar clase, te garantizo que están incluidos todos los contenidos mínimos exigidos por el BOE. La secuenciación está pensada para que dediques un punto teórico al día, alternándolo con otro día de práctica, dejando algunos huecos libres para hablar con ellos.

  • Si eres estudiante, déjate llevar. Da igual si eres de bachillerato o de alguna carrera universitaria relacionada con artes. Las fases que explico aquí se pueden aplicar a cualquier proceso creativo. Da igual si te interesa el cine, la foto, la novela, el dibujo... Crear significa lo mismo en cualquier disciplina.

  • Si no eres profesional de la educación ni estudiante, puede que con estos contenidos te pique la curiosidad y quieras crear tu propio proyecto artístico personal. Eso también me haría mucha ilusión.
     

Seas quien seas, te doy mi más cálida bienvenida. Al fin y al cabo el arte es cosa de todos: enseñantes, creadores y espectadores. Espero que disfrutes de esta aventura que he preparado con tanto mimo.

 

Puedo asegurarte que mi intención es siempre dar lo mejor de mí, y aunque no siempre cumpla con las exigencias de los otros, algo me dice que esta vez sí que voy a estar a la altura. Ya me diréis si opináis igual al final del todo.

1. BLOQUE DE PREPRODUCCIÓN

Cuando Michelangelo se puso a construir la colosal estatua de David, siguió una serie de pasos que me han inspirado a plantear el hilo conductor de esta guía.

La historia es la siguiente:

 

Si nos remontamos a los inicios del S. XVI, varios escultores habían intentado sin éxito sacar algo del bloque de mármol de Carrara (un municipio italiano). En ese momento el bloque estaba situado en el patio del departamento de obras de la catedral y los canteros que había por allí lo llamaban “El Gigante”, ya que medía más de cinco metros de alto y pesaba más de seis toneladas. Fue precisamente en el año 1501 cuando Michelangelo decidió ponerse a trabajar en él. 

Se pasó mucho tiempo mirando el bloque, dio vueltas a su alrededor durante meses.

 

El escultor se dejaba llevar por un impulso creativo irrefrenable. Hablamos de alguien que perseguía una visión a ciegas, que luchaba por materializar un sueño y que deseaba sobre cualquier otra necesidad humana dar a conocer al mundo una nueva visión reveladora.

 

Quería sacar la forma oculta que había dentro de la piedra de mármol.

 

Al levantar tanta expectación, el escultor pidió a las pocas semanas que levantaran cuatro muros alrededor del bloque. Serían muros que le protegerían de los curiosos. Y claro, más que disuadirlos, consiguió que la expectación de los curiosos llegara a ser la máxima.

 

Bajo ese secretismo, el escultor siguió elaborando su David sin apenas descanso, era una obsesión que le hacía actuar con una constancia tan admirable como inalterable. 

 

Cuando lo terminó tres años después, se derribaron las paredes que había pedido instalar y mostraron su colosal escultura, por fin, terminada.

 

Podemos imaginarnos a la gente estupefacta frente a ese espectáculo tan grandioso. Probablemente se encontraban frente a la obra de arte más importante de la historia. ¿Podría esa piedra gigante dividir la historia del arte en dos?

 

Cuando terminó de esculpirla, volvió a su habitación, tomó uno de sus cuadernos y escribió:

 

“Ho visto un angelo nel marmo e ho scolpito fino a liberarlo”

(He visto un ángel en el mármol y lo he tallado hasta liberarlo).

 

Partiendo de esta historia tan emocionante, me he preguntado durante mucho tiempo por qué, aun teniendo todos los medios a nuestro alcance, hasta ahora no ha habido nadie que haya realizado una proeza que esté a la altura de su magnitud. ¿Qué es lo que estaría haciendo el artista desde que se le ocurrió la idea hasta que escribió en su cuaderno esa frase?

 

Las respuestas hipotéticas me han servido para secuenciar la guía en tres partes:
 

  1. Preproducción

  2. Producción formal y conceptual

  3. Postproducción

 

En este primer apartado (preproducción) me centro en esa fase en la que el artista piensa, siente, sueña, se emociona, se plantea problemas sin lanzarse aún a la acción. Es el momento en el que da vueltas alrededor de la piedra de mármol y suele ser una etapa que dura varios meses. Yo lo he dividido en diez puntos. ¿Qué es lo que creo que estaría haciendo Michelangelo ?

 

1- Localizaría las preferencias. Entre sus imágenes preferidas estarían las esculturas de la Grecia Clásica que coleccionaba Lorenzo de Medici, los grabados que llegarían al taller de su maestro Ghirlandaio, las pinturas religiosas que decoraban las capillas y otras tantas obras que en su mayoría formarían parte del imaginario colectivo renacentista. 

 

2- Organizaría los objetivos, cerraría plazos con sus mecenas y concretaría la viabilidad del proyecto. Sabemos que por la exigencia de sus proyectos, los plazos siempre se demoraban, pero a excepción de las últimas obras que no terminó porque la muerte se lo impidió, Miguel Ángel conseguía terminar casi todo lo que se proponía. 

3- Aceptaría las limitaciones internas, superaría los miedos, aprovecharía las oportunidades e ignoraría las amenazas. Estuvo claro que demostró que era el único de los candidatos al puesto capaz de realizar la figura a partir del bloque tal cual estaba y sin añadidos ulteriores. Esa era la forma más noble de esculpir que se conocía. Es por ello que esta predisposición para enfrentar los retos fue lo que le sirvió para convencer al consejo florentino de que debían darle a él el encargo. Y así fue. 

 

4- Desentrañaría los misterios del proceso creativo. Solo así aprovecharía el potencial en cada fase del recorrido. El bloque de mármol ya estaba empezado. Agostino di Duccio había abocetado mal la figura y había cortado el mármol entre las piernas. así que Michelangelo tendría que imaginar cómo abordar el proyecto dadas las circunstancias, y por supuesto, debería aportar algo de valor en ese proceso. Prestando atención máxima a cada parte del proceso, entendería mejor lo que debería  hacer en cada momento, lo que le serviría para agilizar los tiempos. 

 

5- Localizaría el material idóneo. Para abordar el reto que se había propuesto, se decantaría definitivamente por el mármol de Carrara. Lo esculpiría con las mejores de sus herramientas. Sabía que Donatello había hecho un coloso previamente, se trataba de un Josué de terracota pintado de blanco que debería haber sido colocado en uno de los baluartes del Duomo. Ahora bien, si un artista sabe que la terracota se erosiona con facilidad, entendería también que ese lugar al aire libre no podía ser el mejor lugar para colocarlo. Tendría que hacerlo obligatoriamente de un material menos erosionable, y sí, Michelangelo era experto en eso. Conocía bien las propiedades del mármol, y usaba siempre las mejores herramientas para esculpirlo (cinceles, gradinas, martillos...)

 

6- Equilibraría la parte más emocional con la más espiritual. En este caso, muchos han sido los críticos que han catalogado al genio como alguien que pecaba de ser demasiado visceral (al menos en comparación con su competidor Leonardo da Vinci, que era mucho más intelectual, empírico, objetivo y observador). El hecho de que los escritos de Leonardo sean notas teóricas y científicas y los de Michelangelo sean cartas y poemas, deja muy clara la tendencia intelectual, emocional y espiritual de cada uno.

7- Comprendería el significado real y profundo del acto de amar. Siempre con fe. Veréis en sus trabajos que en ocasiones el trabajo era tan duro que casi se hacía insoportable. En la biografía más elaborada que conozco del artista fue escrita por Martin Gayford, os la recomiendo. En ella se menciona que Michelangelo siempre recordaba las palabras de ánimo que su amigo Signorelli le dijo una vez: "No dudes en que los ángeles vendrán del cielo para tomarte de la mano y ayudarte".

 

8- Aplicaría una fórmula efectiva para sacar el máximo rendimiento de sus facultades creativas. En su caso, esa fórmula que él usaba era continuar trabajando incluso en los momentos de máxima fatiga, pero existen otros métodos muy efectivos y menos dañinos que veremos también.

 

9- Reconocería el respeto que merece su tiempo y su trabajo. Llegó a decir una frase que recordaré siempre: "No hay daño tan grande como el del tiempo perdido".

10- Y recordaría siempre la necesidad de ser inteligentemente constante. Esto es lo que le diría a su sobrino en una de sus cartas: “Trabaja duro y bajo ningún concepto dejes de dibujar”.

 

Son los diez primeros conceptos que voy a abordar para guiarte en el proceso de creación de tu proyecto de arte personalizado. La idea es que, pasito a pasito, vayamos caminando para poder aplicar lo aprendido en una obra final.

 

Quién sabe, quizá se convierta en vuestra primera obra maestra.

 

 1.1 EL MANANTIAL

Ex nihilo nihil fit

En general, cuando nos referimos al mito de la creación solemos recurrir a los autores clásicos, pues allí encontramos el origen de lo que somos hoy. ¿Por qué no retomar esa reflexión de Parménides que afirmaba que solo Dios es capaz de crear algo a partir de la nada?

 

Si fuera cierto que solo Él es capaz de eso, nosotros, tan humanos, no podríamos crear "nada a partir de la nada", tendríamos que limitarnos a crear mediante la unión de los elementos que nuestro entorno nos está ofreciendo. Lo curioso es que el tiempo ha demostrado que los creadores siempre han generado obras a partir de las ideas de otros. 

 

Creer que la originalidad no es más que la combinación de otras creaciones bien elegidas, podría resultar ofensivo para los que creen ser originales, pero no sería la primera vez que alguien intenta argumentar algo así. 

A Picasso, y curiosamente también a Oscar Wilde y a Steve Jobs se les atribuye sin fundamento la frase de: “Los artistas mediocres copian, los genios roban”. Tras investigar y descubrir que el primero del que tenemos constancia en decirlo fue Davenport Adams, concluí que considerar qué y cuándo se “roba” una idea, debería ser una parte muy relevante de nuestro proceso creativo.

 

Por eso antes de empezar a crear algo, vamos a replantearnos qué significa eso y vamos a tomar como referentes a artistas de diferentes épocas que se han ganado su fama por su originalidad y talento. 

Podríamos pensar que Leonardo da Vinci era original, pues dibujó el hombre de Vitruvio e ideó máquinas de guerra muy efectivas… Por desgracia Leonardo no fue el primero en dibujar esa idea de Vitruvio, ya que tenemos constancia de que diez años antes que él ya lo había dibujado Francesco di Giorgio Martini. Después fue Giacomo Andrea de Ferrara quien trató de perfeccionar el dibujo, y finalmente Leonardo lo convirtió en un icono del Renacimiento.

 

La idea era del arquitecto romano Vitruvio, es decir, ni siquiera era original. Tampoco lo fueron los dibujos de las máquinas de guerra tan conocidas, pues eran representaciones de libros de guerra traducidos que iban llegando a la península itálica.

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Pablo Picasso, por elegir a otro protagonista de una época de esplendor, lo que hacía era visitar exposiciones, conocer a nuevos artistas, analizar nuevas tendencias… etc.

 

El hecho de que lo reconozcamos como uno de los mayores genios que han pisado este planeta, no se debe solo a su talento personal, sino a su habilidad para rodearse de una cultura inquieta, talentosa, rebelde y afín que buscaba referencias con las que poder transmitir un mensaje personal.

 

Si no hubiera dedicado buena parte de su tiempo a ello, no tendríamos la imagen de él que tenemos hoy día: Matisse, las máscaras africanas, Cézanne, el Greco, Velázquez o Goya son unos pocos ejemplos de sus referentes.

 

La mayor parte de las referencias que le inspiran son artistas de otro tiempo que sabe reinterpretar para contextualizarlos, pero también tiene referentes que comparten sus espacios comunes.

 

Así que podemos decir que la predisposición de Pablo Picasso a la originalidad en su creación es directamente proporcional a la capacidad para absorber lo mejor de cada autor que descubre. Solo readaptándolos llegaría a conseguir la fama que hoy tiene. 

También artistas modernos como David Bowie, Amy Winehouse o Bob Dylan saben reconocer, honrar, estudiar, acreditar y transformar ideas de otros en algo totalmente revolucionario. El problema surge cuando alguien plagia, imita, degrada y roba a partir de una sola fuente.

 

Para distinguir entre unos y otros, el autor Austin Kleon nos propone que antes de decantarnos por determinados referentes, percibamos si la idea que se está absorbiendo ha sido seleccionada con dignidad, de manera honesta, o si por el contrario, se ha hecho indignamente y con soberbia.

¿Qué mejor modo entonces de situarnos que conociendo nuestros referentes y exponiéndolos claramente?

Pues bien, si tienes intenciones de saber qué terreno vas a empezar a pisar, te sugiero construir una base sólida sobre la que crear los cimientos que sirvan de soporte a tus valores. Y te sugiero empezar por un cuaderno de artista en el que incluyas tus referentes.

Antes de seguir, recuerda a Michelangelo dando vueltas alrededor del mármol. Su territorio era el patio de la catedral de Florencia, su reto era sacar un ángel de una piedra.

 

¿Y sus referencias? Las imágenes celestiales que poblaban las iglesias, las esculturas antiguas, los grabados del taller de Ghirlandaio, las pinturas de da Vinci...

 

Ahora pregúntate: ¿Cuáles son las tuyas? Yo te pediría ahora que nos mostraras una selección de imágenes que sea lo suficientemente poderosa como para poder inspirar tu nuevo proyecto y el de los demás.

 

Si no sabes cómo presentar esas imágenes, hay un formato muy útil del que no me he despegado desde que lo descubrí: 

 

EL CUADERNO DE ARTE

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Este es el cuaderno de arte que yo suelo utilizar. Las páginas del interior no son de gran calidad, pero son blancas, lo que a mí personalmente me permite mayor libertad. El diseño es minimalista, cabe en el bolsillo, la tapa es dura y ligeramente flexible, y el precio no supera los 2 €. Los puedes encontrar en una tienda que se llama TIGER. No siempre están en stock, así que pregunta en la tienda y ellos te dirán. 

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Este formato te permite recopilar imágenes y llevarlas de un sitio a otro. No importa si son recortes, apuntes, reflexiones, ideas… Y a diferencia de las imágenes del móvil, son imágenes que pesan, que existen, que no dependen de la electricidad para poder ser vistas.

 

El origen de este tipo de cuadernos se remonta al Renacimiento, y son los que permitían lo que el historiador Leonard Barkan llamaría: A Life on Paper (Vida sobre papel). Según escribe en su libro, el cuaderno acabaría siendo un reflejo de la vida del autor que lo llevara consigo.

 

Te permitirá escribir recordatorios, lista de la compra de materiales, ideas, frases, garabatos rápidos, bocetos, estudios…  Al final verás que tu cuaderno reflejará tu personalidad mejor que ningún psicoanálisis. Lo mejor es que podrás acceder a él como quien accede al interior de un sueño.

Te engañaría si te hablara de los cuadernos de Michelangelo, ya que lo único que sabemos de ellos es que mandó quemarlos en una hoguera, así que no tenemos constancia de que hiciese algún boceto previo para crear su David.

 

Lo curioso es que sí sabemos que sus contemporáneos Leonardo da Vinci y Raffaello dibujaron la escultura en uno de sus cuadernos. Leonardo parece dibujar para hacer algunas correcciones, mientras que Raffaello parece estar estudiándolo más minuciosamente.

 

Mi experiencia me dice que los mejores cuadernos para anotar ideas son los de formato pequeño. Y cuando digo pequeño me refiero a un tamaño que se encuentre entre el DIN A6 (14,8 x 10,5 cm) y el DIN A4 (29,7 x 21,0 cm).

 

Un cuaderno de un tamaño mayor sería más difícil de manejar, con la ventaja de que las superficies mayores ofrecen más posibilidades plásticas. Como aquí no te pido que profundices en la plasticidad, creo que la mejor opción es esa.

¿Y ahora qué hago?

 

Lo que te pido ahora, básicamente, es que apuntes ideas sueltas y que dibujes con trazos frescos. Selecciona los dibujos que más te gusten y guárdalos para elaborarlos por tu cuenta con más detenimiento y mimo más adelante.

  • ¿Cuántos referentes? Siete.

  • ¿Cuántos dibujos tengo que hacer? Cuantos más mejor.

  • ¿Y si lleno todo el cuaderno? Puedes comprarte otro, yo suelo usar más de dos al año, pero no creo que lo consigas.

  • ¿Y puedo enseñarte otros dibujos que haya hecho antes? Sí, pero enseñar los anteriores no cuenta como trabajo evaluable, las lecciones están organizadas para que dediques trabajo al tiempo asignado.

  • ¿Y tienen que ser a lápiz? Como quieras, puedes hacerlo con lo que te apetezca.

  • ¿En iPad también? Como quieras.

  • ¿Pero entonces no nos vas a enseñar técnicas nuevas? Las técnicas os las enseño en la asignatura de técnicas.

  • ¿Puedo hacer un bodegón? Puedes hacer el dibujo que quieras, pero ten en cuenta que valoro la creatividad.

  • ¿Pero cómo vas a evaluar la creatividad? Identificaré la cantidad de ideas originales que me presentes, te pediré que las propuestas finales no sean una copia (tengo una aplicación que me avisa de cuándo habéis copiado), deberán ser ideas diferentes, que transmitan sensibilidad. En el trazo se verá también el grado de motivación y confianza, también valoraré la independencia a la hora de abordar los temas.

  • ¿Y si no tengo confianza bajo nota? .

  • Pero eso no es justo, yo dudo mucho. Así aprenderás a no hacerlo.

  • ¿Entonces no puedo copiar dibujos? El resultado final no puede ser una copia de otro, así que no puedes.

  • Pero si antes dijiste que el cuaderno sirve para pegar recortes, apuntes, reflexiones, ideas… Sí, eso dije.

  • ¿Entonces sí podemos copiar? En fin. Así podemos seguir en bucle toda la vida. Podéis volver a leer lo que no hayáis entendido. 

Algunas reflexiones

Hemos interpretado la frase Ex nihilo nihil fit como una invitación para renunciar a nuestra propia divinidad. Ahora quisiera terminar con esta reflexión. ¿Qué pasaría si pensáramos que el arte es una consecuencia del estado interior del espíritu?

¿Tendría sentido pensar que nuestra creatividad es un don que hemos recibido de Dios? ¿Nos conviene más trabajar transformando lo que ya se ha hecho o guiados por nuestra intuición?

Pensar que el arte que hacemos es una consecuencia de lo que ha hecho otro artista, es solo una visión sesgada de la realidad. Conectar con las ideas que te surjan en el cerebro instintivamente, en cambo, facilitará el progreso que el arte necesita.

 

Recordemos las palabras de Michelangelo: "He visto un ángel y lo he tallado hasta liberarlo".

 

Si yo solo te pidiera que encontraras referentes, seguiríamos en la misma línea que han seguidos los artistas anteriores. En realidad estaríamos condicionados por nuestros predecesores y buscaríamos el reconocimiento de nuestros sucesores.

 

Nada cambiaría. Seguiríamos en la misma línea.

Si te he pedido que localizaras los referentes es porque en la universidad me lo pedían siempre. Como mi tendencia era dibujar lo primero que me venía a la cabeza, me di cuenta de que mi método no encajaba con el institucional.

El caso es que si no lo entregaba, suspendía el ejercicio. Y si estaba cursando una carrera universitaria no era para suspenderla, sino para aprobarla. Así que me paré y busqué opiniones para resolver este conflicto de la manera más honesta posible. ​Y esta es la conclusión a la que llegué:

 

  • La mayor parte de los artistas son viscerales, intuitivos e imaginativos. Pero en las instituciones se les pide que sean metódicos, lógicos, cerebrales y categóricos, incluso en la selección de los referente.

  • Ir en contra de nuestra propia naturaleza es contraproducente, así que si un profesor te pide que encuentres referentes y no tienes ninguno, muestra tu trabajo tal y como lo imaginaste, busca algunas imágenes que se parezcan, y muéstralas como parte de tu investigación. Hazle creer que fueron tu inspiración, y así es como todos saldremos beneficiados.

1.2 EL ESPEJO

"Nosce te ipsum" o  “Gnoti seautum”

 

El ejercicio anterior era una excusa para conocernos mejor a través de lo que nos gusta de los demás. La importancia de conocernos a nosotros mismos y prestar atención a nuestro entorno es crucial para desarrollar nuestras virtudes y reducir poco a poco nuestros defectos.

 

Al dibujar, imagino que ya lo habéis experimentado, lo que hacemos es aumentar esa capacidad de atención, y gracias a ella podemos comprender cuál es el entorno que más nos conviene.

 

Por eso te voy a plantear en este apartado que investigues un poco sobre cuáles crees que son esas fortalezas que tienes y cuáles son esos defectos; quiero que prestes atención a las oportunidades que el mundo te ofrece y espero que esas oportunidades te sirvan para que dejes de sentir el mundo como una amenaza.

Aunque ya hablaremos de ello con más detenimiento, hay veces que creamos imágenes de manera inconsciente. Encontramos partes de nuestra personalidad que se manifiestan dentro de nosotros por sorpresa y nos ayudan a conocernos algo mejor.

 

En el mito de Narciso nos explican cómo una imagen equivocada de uno mismo podría provocar la ira de los dioses. Y la ira de los dioses casi siempre desencadena una serie de acontecimientos demasiado trágicos. La historia es esta:

 

Por lo general, las doncellas que pasaban cerca de Narciso siempre se enamoraban de él, y como él era muy engreído, generalmente las iba rechazando, provocando así un sufrimiento muy doloroso en ellas.

La ninfa Eco, que se encontraba entre las que estaban locamente enamoradas de él, había sufrido un castigo que le había impuesto Hera y que consistía en repetir las últimas palabras de lo que los demás le dijeran. Así que era incapaz de declarar su amor. 
 

Un día, mientras Narciso caminaba por el bosque, Eco se escondió entre los árboles y él escuchó un ruido, preguntando: “¿Hay alguien aquí?”. Y Eco, todavía oculta en el bosque, contestó: “Aquí, aquí…”.

Narciso siguió el sonido de esa voz tan encantadora, desesperadamente la buscaba de un sitio a otro, y como su búsqueda no daba ningún resultado, por fin acabó gritando: “¡Ven!”.
 

A lo que ella, saliendo de los árboles con los brazos abiertos repitió lo mismo: “¡Ven!”.

Cuando apareció así, tan de repente, Narciso la apartó con fuerza y se negó rotundamente a su amor.

Aquí fue cuando Eco, totalmente desamparada, tomó la decisión de ocultarse en una cueva y allí se fue consumiendo durante el resto de sus días hasta que al final quedó únicamente una voz. Su eco. La voz de Eco.
 

Tras su muerte, la diosa Némesis, apiadándose de la ninfa, consideró que debería castigar a Narciso por su egolatría, y la manera que ideó para vengarse fue consiguiendo que el joven se enamorase de sí mismo hasta un punto enfermizo.

 

Lo hechizó deseando lo peor para él, y cuando un día, tan arrogante él, se agachó frente al lago para ver el reflejo de su rostro, se contempló de una manera tan absorta que fue incapaz de separarse de su imagen.

 

El final se puede imaginar, acabó arrojándose a las aguas y muriendo ahogado en aquel lago transparente.  
 

Más adelante creció allí mismo una hermosa flor que hace honor al nombre y la memoria de Narciso, y por eso, dicen, en los lagos crecen los narcisos, para recordarnos las consecuencias de la egolatría. 

Este mito tan desgarrador tuvo mucho auge en la literatura italiana, sin embargo no encontramos muchas pinturas en las que se represente al protagonista. Fue Caravaggio uno de los primeros artistas que se atrevió a ilustrarlo.

 

Mi consejo es que no hagamos como Narciso. Creo que todos hemos caído alguna vez en el error de sobrevalorar nuestras cualidades, algunos más que otros, claro. Hemos sido algo arrogantes en alguna ocasión...

 

Aquí lo que vamos a hacer es un ejercicio de humildad, vamos a mirarnos y vamos a reconocer cuáles son esos errores y esas virtudes. Después, la segunda parte del ejercicio consiste en hacer un autorretrato en el que nos mostremos sin tapujos. 

Uno de los mensajes que saco del ejercicio anterior y d este relato, es que el espacio que vemos y el ambiente en el que nos desenvolvemos nos afecta aunque no lo queramos, y además nos determina. Pero nosotros también dejamos una impronta en ese espacio.

 

  • Eco buscaba fuera de sí su propia satisfacción, buscaba un remedio a su dolor fuera de sí misma, en el espacio que habitó después, en las cuevas, también. Y allí se repite su voz, para recordarnos las consecuencias de buscar fuera de ti.

  • Y lo mismo puede decirse de Narciso, tras morir ahogado en el fondo del estanque, dejó sus flores flotando para recordarnos las consecuencias de la vanidad. Esas flores reciben el nombre de narciso gracias a él.

 

Así que, para saber qué marca o qué rastro hemos dejado al pasar durante el tiempo que llevamos de vida y qué huella o qué impronta es la que queremos dejar durante el tiempo que nos queda, os pido que os miréis a vosotros mismos y os conozcáis mejor.

Siguiendo con la lógica de los clásicos, el dios Apolo te diría: Gnoti seautum. Es un precepto inscrito en su templo, y traducido al español quiere decir: Conócete a ti mismo.

 

ES un consejo que se puede enlazar con el mito de Narciso porque en ambos casos nos están recordando nuestra vulnerabilidad como seres humanos mortales, de tiempo limitado, y nos invita a descubrir lo que hay en nuestro interior para sacarlo al exterior más fácilmente.

 

Si después de escuchar el mito de Narciso seguimos este consejo de conocernos, orientaremos nuestra vida con más responsabilidad, y aunque suene sencillo decirlo, no es fácil conocerse, es una tarea difícil. Tales de Mileto diría que es la tarea más difícil.

 

Si os sirve un consejo más, os diré que uno de los recursos más útiles que he seguido para conseguir abordar con éxito esta tarea de la educación, ha sido el que aprendí gracias a la psicóloga y amante de la filosofía Joaquina Fernández. En su libro “Piensa en ti” nos dice que para conocernos de verdad, profundamente, el primer paso que tienes que dar consiste en:

 

Precisar qué gran valor te alimenta (…) para que dibujes, dramatices, revises, ahondes y descubras todo lo que llevas dentro sin la censura de tu alrededor. (...) Este valor, junto con las creencias sobre ti mismo y tu fortaleza para alcanzar objetivos, son imprescindibles para descorrer los velos que te encubren tu propósito trascendente que seguro que se oculta detrás de tus miedos y que de alguna manera impiden que lideres tu vida y no se cumplan tus sueños

He puesto en negrita las palabras que me llaman más la atención, porque me parece que guardan cierto paralelismo con algunas estrategias empresariales que vienen a decir lo mismo: Conócete para mostrar mejor lo que eres.

 

En realidad, esta necesidad de conocerse es una actividad necesaria para cualquier entidad: Los individuos, las pequeñas empresas, las grandes corporaciones, los productos... Si nos conocemos en profundidad va a ser más fácil prosperar, porque podemos llevar a cabo la misión concreta de ofrecer una visión personal, una visión que es más fácil de definir si usamos el modelo DAFO. ¿Y esto qué es? Es fácil. El modelo DAFO es un acrónimo que corresponde a las siguientes palabras:

  1. Debilidades (miedos internos o ideas limitantes)

  2. Amenazas (imposiciones externas que te impiden avanzar)

  3. Fortalezas (valores internos personales)

  4. Oportunidades (lo que desde fuera te ayuda a cumplir tus sueños)

Ahora, el ejercicio que te sugiero es que averigües cuáles son. 

 

  • Las debilidades, a nivel personal, se interpretan como el origen de tus fracasos. Nuestra voluntad se merma cuando prestamos más atención de la debida a los errores que cometimos o que seguimos cometiendo. Puede que los familiares que más nos quieren o las personas que más nos odian nos recuerden con frecuencia las cosas que hicimos mal. Nos dicen por qué no podemos volver a repetir ese tipo de acciones, nos miran y nos dicen que por ahí no. En realidad nosotros nos sentimos débiles porque nos generan miedos internos, nos llegamos a creer sus ideas limitantes y sus observaciones acaban convirtiéndose en  una amenaza .

  • Las amenazas nos impiden avanzar, pero son también un recordatorio para ver qué cosas podemos corregir. No les culpes si te critican, al contrario, agradece que te muestren tus áreas de mejora y ponte a trabajar en ellas para mejorarlas. Esas debilidades que te están señalando, si las trabajas bien, se acabarán convirtiendo en tus mayores fortalezas. 

  • Las fortalezas son las cualidades o las habilidades que te dan alegrías y satisfacciones, te dan momentos de felicidad y gracias a ellas se manifiestan valores que te mueven. Lo que nos hace fuertes y lo que nos da energía es estar realmente satisfechos con lo que hacemos, así que deberíamos plantearnos qué oportunidades encontramos en la vida para cargar las pilas. 

  • Todo lo que viene de fuera es una oportunidad. Cualquier circunstancia, por dura que sea, es una oportunidad para crear. Aprovéchala o deséchala, sabrás cuáles son tus oportunidades cuando sepas cuáles son los éxitos que incluirías en tu currículum. Esta lectura, por ejemplo, está creada para ofrecerte la oportunidad de crecer y de ser un poquito mejor que antes. Puede que funcione, puede que no. Sea como sea, no dejes escapar ninguna oportunidad. 
     

Me gustaría que esta tarea fuera una experiencia íntima, profunda y auténtica. Porque este ejercicio no va a servir solo para realizar un proyecto personal y creativo, sino que además puede ayudarte a crear la propia vida que tú quieres tener. Así que, con calma. Lo mejor es tomárselo con calma. Resumiendo un poco:

  • Cualidades internas (porque salen de dentro): Fortalezas y debilidades.

  • Cualidades externas (porque vienen de fuera): Oportunidades y Amenazas

De los cuatro puntos mencionadas, el que más me interesa es el de nuestras fortalezas, ya que la autoestima juega un papel crucial en el rol del creador. Nuestras fortalezas deben convertirse en nuestro punto de apoyo. Si hablábamos en la introducción de la importancia que tenía el espacio, diferenciar el espacio interior del exterior nos va a dar la base para definir mejor las fortalezas y debilidades (que están dentro de nosotros). Las oportunidades y las amenazas las encontraremos fuera de nosotros, y hay que aprovechar esas oportunidades para sacar a relucir nuestras virtudes. En palabras de Joaquina: 

 

“Lo realmente importante es mantener un nivel alto de motivación sin que haya dependencia de lo externo o de aquello que no es consustancial a la propia esencia de tu persona”.

Además de esta herramienta de autoconocimiento que te propongo, existen muchas ramas del conocimiento que estudian las características psicológicas de las personas como la grafología, la carta astral, el tarot, el eneagrama, la terapia regresiva, la hipnosis… etc.

 

Cuando hacemos garabatos en un papel mientras hablamos por teléfono, por ejemplo, cuando firmamos un documento, o incluso cuando escribimos a mano sin pensar demasiado, estamos realizando trazos sutiles que también generan una imagen sobre el papel. La ayuda de un grafólogo, un astrólogo o un psicólogo podría servirte para profundizar en estas partes de tu personalidad. Puedes creer lo que te dice, puedes creer que todo es mentira. O puedes dudar. 

 

Esta opción que te propongo yo, la del DAFO, me gusta porque no hace falta ser un experto para concretar un nivel básico de autoconocimiento. Solo intenta responder a la pregunta: ¿Quién eres? Hazlo de la mejor manera que puedas. Es solo una herramienta. 

 

Como anécdota, te diré que durante unos años estas disciplinas humanísticas que he mencionado antes me generaban mucha curiosidad. Un grafólogo me hizo un estudio de grafología, un astrólogo me hizo una carta astral, mis amigos psicólogos situaron mi personalidad dentro de un eneagrama y me hablaron de los nueve tipos de personalidad que existen… Escuché sus conclusiones porque podrían servirme, las analicé, las apunté en mi cuaderno, y más adelante, cuando releí todas las notas juntas descubrí que las estructuras narrativas que usaban cada uno de esos profesionales para describir mi supuesta personalidad, seguían un patrón que englobaba las siguientes características de una persona:

 

Ambición,

inteligencia,

sueños,

imaginación,

intuición,

fuerza de voluntad,

decisión,

emoción,

ambiente,

sociabilización,

sexualidad

independencia y autonomía 

 

Piensa en un gran personaje histórico que te interese especialmente, califica el grado de ambición e inteligencia, mira a ver si era soñador, imaginativo, intuitivo, voluntarioso. ¿Era constante a la hora de obtener sus logros? Las grandes personalidad suelen ser personas decididas, muy emocionantes, buscan desenvolverse en los ambientes que mejor le permiten desarrollar esas cualidades y luchan por conseguir una independencia. Se vinculará emocionalmente en unas ocasiones, y durante otras tantas mantendrá relaciones amorosas con todo lo que ello supone. ¿Coincide la visión que tienes de ti con la imagen del personaje en el que estabas pensando?

 

En este punto me gustaría que reconocieras cuál es tu punto de partida, tu origen, tu raíz como criatura creadora, tu personalidad. Es un ejercicio que nos sirve para ver el camino vital que hemos recorrido y para intuir cuál es la autopista a la que nos podemos incorporar en el siguiente desvío para que todo vaya más fluido.

 

¿Y ahora qué hago?

Abre tu cuaderno y haz tu propio DAFO personal. Espero que te sirva de base para hacer luego unos cuantos autorretratos. Intenta que ellos describan tus características personales.

Si no sabes por dónde empezar, utiliza la ventana de Johari para conocerte mejor. Con ella comprobarás que tu identidad no depende solo de tu autopercecpión, sino de muchos condicionantes determinados por lo que los demás saben y desconocen de ti. Espero que te sirva de inspiración para crear esos autorretratos.

​​

Algunas reflexiones

Michelangelo muriño poco antes de cumplir los 89, cuando la esperanza de vida rodaba los 30. Llegó a decir que si hubiera sabido que iba a vivir tanto, habría tallado una montaña para convertirla en el cuerpo tumbado de un hombre.

Conocía sus fortalezas. Solo alguien que se conoce así de bien puede llegar a realizar las proezas que consiguió.

1.3 PLAN DE ACCIÓN

Anticipa lo difícil gestionando lo fácil.
Lao Tse


El objetivo de este punto es diseñar un plan de acción que especifique claramente qué es lo que vas a hacer y cuándo vas a terminarlo.

 

Lao Tse es el creador del Tao Te Ching, la obra que asentó las bases del Taoísmo. En el punto 63 de su libro, dice una frase que algunos traducen como: “Empieza el trabajo difícil con la parte fácil”. Así que antes de empezar a realizar nuestro proyecto, vamos a empezar gestionando eso: lo fácil.

 

¿Y cómo lo haremos?

 

DEFINIENDO LOS OBJETIVOS EN EL TIEMPO.

 

Solo así lograremos gestionar mejor nuestras acciones. Ten en cuenta que siempre puedes usar el cuaderno de artista para definir estos objetivos, y cuanto más específicos seamos, más fácil será alcanzarlos. No es lo mismo decir: “Quiero hacer arte”, que decir: “Quiero hacer pintura con un estilo personal”. Y más específico aún sería expresar tu deseo así: “Quiero retratar a mi perra Thai de manera realista usando acrílico sobre un soporte de madera DM que mida 50 x 70 para poder colgarlo en la pared de mi cuarto”. Si la visualización mental es más clara, las posibilidades de alcanzarlo serán superiores. 

Escribiremos entonces en nuestro cuaderno nuestros objetivos a corto, medio y largo plazo. 

 

  • En mi caso, tres meses yo lo considero "corto plazo".  

  • "Medio plazo", para mí es un año. Podrías dividir el año en cuatro trimestres, ya que plantearte objetivos por trimestre es una de las formas más eficaces para conseguirlos.

  • Y luego ya por largo plazo, entiendo de tres a cinco años. ¿Cómo te ves dentro de tres años?
     

Pensar en cumplir objetivos fijándote plazos es una de las mejores forma de comenzar a dirigir también tu vida. Además, te darás cuenta de que mientras describes tus intenciones, será más fácil describir las que están más próximas en el tiempo. Los objetivos más lejanos, en cambio, resultarán más difíciles de concretar. Lo que hay que tener claro es que escribir es el primer paso para materializar los deseos, no importa lo grandes que sean esos deseos. 

Dejarlo escrito en un papel nos ayudará a aclararlos, y ponernos plazos nos ayudará a economizar tiempo y esfuerzo, pues nuestra atención ya está centrándose en un objetivo claro que hemos sabido expresar con claridad. Ahora bien, para que podamos seguir un plan efectivo, es necesario que en él se incluyan los siguientes aspectos: 

  1. ¿De dónde partimos? Di qué sabes hacer y concreta el nivel de experiencia.

  2. Objetivos: ¿Qué quieres conseguir? Define detalladamente tus objetivos a corto, medio y largo plazo.

  3. Actividades: ¿Qué pasos vas a seguir para conseguirlo? Marca una estrategia.

  4. Indicadores: ¿Cómo vas a evaluar si está siendo efectivo el plan?

  5. Ajustes: Introduce cambios durante la marcha si son necesarios.

 

La gestión del tiempo no tiene por qué ser solo escolar. En la tabla que yo hago al inicio de cada curso, incluyo los siguientes objetivos:

Profesional, Físico, matrimonial, Familiar, Financiero, Espiritual, Emocional, Vocacional, Social, Intelectual.


Si quieres más recursos para gestionar el tiempo, he hecho una plantilla para poder rellenarla y que dejo a tu disposición. La suerte es que en esa tabla no tendrás que rellenar tus objetivos financieros, matrimoniales, ni profesionales.

Las ventajas que obtendrás al rellenar tus objetivos como estudiante son muchas.
 

  • Aumentar tu valor diferenciador: Saber hacer bien el trabajo que te piden es fácil. Lo difícil es hacer más de lo que te han pedido y hacerlo mejor que los demás. Hacer bien lo que te piden y muy bien lo que tú te exiges va a ser lo que te aporte un valor que te diferenciará del resto.

  • Salir del esquema tradicional de enseñanza: Entregar un trabajo que te piden significa ser obediente. Esa obediencia es evaluable y condicionará la nota final. Pero también puedes ser obediente y reaccionario al mismo tiempo sin que eso te perjudique en la nota final. Los artistas obedientes han estado siempre en un segundo plano, y por desgracia, el sistema educativo actual no está diseñado para crear artistas. La evidencia más clara de que el sistema tradicional no funciona lo tenemos en Michelangelo. Insisto en que en más de 500 años, nadie ha sido capaz de hacer algo a su altura.


Así que yo te invito, desde dentro del sistema, a trabajar fuera de él. Y ya para acabar con esta sesión te daré un último consejo: Si no se te ocurre por dónde empezar, imagina tu proyecto terminado y retrocede hacia atrás imaginando los pasos que diste para lograrlo. 

Algunas reflexiones

Nuestro colegio tiene una capacidad de gestionar los tiempos en función a los objetivos que no deja de asombrarme.

Cientos de profesores siguiendo un plan asignado en el que todos sabemos lo que hay que hacer en cada momento, perseguimos los objetivos diarios, evaluamos contenidos cada mes y trimestralmente hacemos un global. Después de tres trimestres nos juntamos para hacer revisión de los objetivos y preparamos el siguiente año. Es alucinante.

Si tenemos claros los objetivos, es más fácil priorizar las tareas relevantes y nos resulta más fácil saber cuáles son los tiempos que hay que dedicar a cada una de ellas.

Michelangelo tardó tres años en hacer su escultura. Tenía 26 añitos cuando empezó a trabajar en ella. Si viviese en nuestro tiempo, sería un joven que habría terminado recientemente la universidad. Con 23 años ya había terminado la Piedad.

¿Hay algún trabajo de final de carrera que esté a la altura? Mucha gestión de los tiempos, muchos objetivos, mucha enseñanza, pero incapaces de hacer lo que hacía un artista hace más de cinco siglos. Y eso que tenemos todos nuestros medios a nuestro alcance.

Ya hemos visto en el apartado uno, que uno de los motivos por los que somos incapaces de hacer lo que hizo Michelangelo es porque creaba desde la imaginación, y nosotros, nos hemos pasado toda la secundaria obedeciendo a un sistema que no la valora.

 

El otro motivo por el que somos incapaces de hacer lo que hizo él, es porque no nos han dado la oportunidad de gestionar nuestros propios tiempos. Él pensó con tres años de antelación lo que estaría haciendo, y nosotros actuamos en función a lo que han pensado y organizado otros.

A nosotros, profesores y alumnos, nos dan todo el horario hecho, pero en el horario que nos dan a principio de curso no viene lo que haremos en tres años, así que la gestión de los tiempos responde a una necesidad de temporada, no lo suficientemente trascendental.

 

Pensemos qué podemos hacer a largo plazo y apliquémoslo thinking out of the box.
 


1.4 LA CREATIVIDAD Y SUS PROCESOS

Solve et coagula

Lo que quiero que hagamos ahora es prestar atención a las diferentes fases del crecimiento de los seres vivos, desde que están en el embrión hasta que mueren.

 

Desde el momento en que somos concebidos hasta el momento en que morimos, hay una serie de fases esenciales para comprender la vida. No solemos reparar en ellas, pero observar con atención esas fases nos puede aportar información muy útil sobre cómo abordar un proyecto artístico desde el inicio hasta el final. Analizando estas fases fue como desarrollé mi método personal de trabajo, que es el que os voy a explicar ahora. 

USA TU MÉTODO

 

Hay un dibujo de Leonardo que me parece uno de los más bonitos que he visto nunca.

 

Es un feto acurrucado en el embrión, puedes fijarte en la expresión corporal del bebé recogido en la soledad del vientre materno, da la impresión de estar protegido y desprotegido al mismo tiempo. Flota y pesa. Es como si se sintiera a salvo en una intimidad que está siendo diseccionada por el ojo de un artista demasiado humano, el trazo expresa una sensibilidad de la que pretende distanciarse con una fría racionalidad propia del análisis más minucioso.

 

Y aunque este dibujo para muchos no sea más que un apunte anatómico de un artista obsesionado con la mecánica, para mí representa el símbolo más claro de lo que entiendo por creación.

 

Esa es una de las cosas más bonitas del arte, que el espectador puede completar la obra aportando su propio significado, y no cerrarse a lo que le han dicho los otros que eso significa.

 

Es precisamente esta emoción que me produjo ver este dibujo la que me ha invitado a profundizar en lo que sucede dentro de nosotros. Intentando banalizar la experiencia reduciéndo su expresión al mínimo, me doy cuenta de que en el fondo crear es algo tan misterioso y sencillo como frotar un cuerpo con otro con el fin de obtener otro nuevo.

 

  • Un palo y una piedra nos darán fuego,

  • un lápiz y un papel nos darán una imagen,

  • un cuerpo y otro cuerpo pueden engendrar un ser semejante a sus creadores.

 

Básicamente lo que hace Leonardo durante toda su vida como creador es atender a sus procesos creativos siguiendo el precepto latino solve et coagula (disolver y coagular). Se trata de una antigua máxima de la alquimia:

 

  • Solve, es el equivalente al proceso de análisis, cuando uno reconoce que los elementos disueltos en ese líquido van a cumplir una determinada función (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). 

  • Mientras que coagula es el proceso complementario al análisis que consiste en sintetizar y juntar de nuevo las piezas que forman ese compuesto para obtener nuevas propiedades, como por ejemplo una costra.

 

Ahora me gustaría señalar esas fases que seguimos en cualquier proceso creativo. Simplemente diré que:

 

  1. La primera fase de la creación es el momento en el que nosotros decidimos ponernos a crear. Miguel Ángel da vueltas alrededor de su bloque de mármol.

  2. Posteriormente se producirá un periodo de gestación que permitirá que todo crezca atendiendo a unas normas de un orden natural. Es aquí cuando ordenamos nuestras ideas y crecemos trabajando directamente en su materialización durante varios meses o años (en la asignatura de dibujo artístico de bachillerato tenemos curiosamente nueve meses de gestación humana, de septiembre a mayo). Son los primeros golpes con el cincel sobre la piedra. La masa sin forma promete la llegada de algo grandioso.

  3. Después, habrá otro momento de dar a luz, la emoción de haber creado algo nuevo. Fuego, imágenes, criaturas... Dar forma y sentido a la idea que se te ocurrió es de lo más satisfactorio. La figura ideada se materializa para mostrarse como el resultado de un proceso que solo buscaba convertirse en la mejor de las formas posibles.

  4. Y finalmente la criatura se expone al mundo, y en su exposición podrá morir o adaptarse cómodamente al medio. En el caso del David de Miguel Ángel, durante esta fase caen las paredes que cubrían la estatua, y se nos presenta majestuosa ante nosotros. 

 

Estas cuatro serían para mí las fases de creación en las que me suelo fijar. Agilizar los tiempos y rendir lo máximo es la clave para hacer nuestro trabajo lo mejor posible. El resultado final de mi trabajo gráfico, por lo general, lo veo como una consecuencia de haber cumplido con las exigencias que me pongo en cada fase. Pero está claro que no he sido el único en plantear fases creativas.

 

Graham Wallas fue uno de los primeros teóricos en interesarse por los procesos creativos de los que estamos hablando, en su libro “The Art of Though” (1927) propone un esquema de se divide en estas cuatro etapas:
 

  • Detectar información,

  • incubar las ideas,

  • idea feliz

  • verificación.
     

Personalmente considero la propuesta demasiado racional, ya que no interviene mucho la emoción, ni la intuición. Solo en el apartado de la idea feliz encontramos un poquito de esa magia de la que hablaba antes.

 

Las fases que seguía Walt Disney para crear eran las siguientes:
 

  • Fase soñadora (qué quiero conseguir),

  • Fase realista: (cómo lo consigo),

  • Fase crítica (que se basa en criticar muy duramente la propuesta para encontrar soluciones).
     

Lo que más me gusta de Walt Disney es que en la primera etapa uno no encuentra límites a su creatividad. Puedes imaginar cualquier cosa, porque ya se encargarán las siguientes fases de encontrar una solución a lo imposible. A él se le atribuye la frase: “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”. En algunos de mis proyectos he seguido esta guía y te puedo asegurar que es de lo más divertida.

 

El músico Johann Sebastian Bach, por su parte, seguía otro procedimiento para dar cuerpo a una canción:
 

  • Inventio (dar forma a una idea viable),

  • elaboratio (embellecimiento creativo),

  • executio (interpretación).
     

No es un proceso exclusivo de Bach, sino que en su época este era el modo en el que enseñaban a componer a los alumnos. Las escuelas dedicaban un total de quince horas semanales a la enseñanza musical, por tanto era normal que de todos los que cursaban esas clases hubiera alguno que acabara componiendo de una manera tan sublime y universal como él. Bach se anticipó al estilo de música que se hizo después, y desde luego, el método de creación que siguió le ayudó mucho.

 

Ya para terminar de citar métodos, mencionaré el que describe Simon Sinek, en su libro "Empieza con el porqué" (2009). Es una táctica que incide mucho en la fase de sentir, es decir, en la parte emocional, en la capacidad que tienen los líderes de conectar con la audiencia sentimentalmente, y este proceso consta de tres fases:
 

  • Sentir,

  • imaginar,

  • prototipar.
     

Aquí lo que hacemos al principio es plantear cuál es el problema que necesitas mejorar, apuntas en una lista los sentimientos que generan esa situación con la que no estás conforme, y en otra lista escribes sentimientos y emociones que te permitirán revertir la situación. A partir de esos sentimientos, con una motivación poderosa, imaginas cuál sería la situación ideal y entonces construyes a partir de ahí un prototipo (puede ser una maqueta, un proyecto en 3D, un dibujo…) donde se visualizarán las posibles maneras de llegar a esa situación deseada. 

 

Como ya sabrás, yo también aplico un método para dar clases, que es el método Hartes.

 

  • Analizo la historia para que aprendamos lo más importante de cada evento.

  • Luego os propongo aplicar lo aprendido a vuestro momento

  • Después planteo un problema que hay que resolver.

  • Me encargo de comprobar que la resolución de ese problema es importante para servir a la sociedad

  • Y por último evalúo y resumo. Sintetizar lo aprendido ofrece garantías de que el siguiente lo entenderá mejor.
     

Podría pasarme la vida enumerando diferentes secuencias y fases de los procesos creativos, pero bastaría con entender que al prestar la atención debida en cada fase, ahorraremos mucho tiempo en correcciones. Cuanto más trabajes en este aspecto, como siempre, mejores resultados obtendrás.

 

¿Y después de leer esto qué hago?

 

Yo te recomendaría que si aún no tienes tu propio método, trabajes a partir de alguno de los que te he propuesto. No sé cuál es la temática que te inquieta, ni qué apartados son los que quieres mejorar en tu vida, tampoco sé si quieres integrar tal o cual disciplina a tu vida, desconozco lo que te apasiona...

 

Cada persona es un mundo, así que hay que permitir que descubras individualmente tu cometido y una vez sepas lo que quieres hacer, comienza a hacerlo. Aquí yo solo puedo ofrecerte un consejo, que actúes. Que empieces ya.

Algunas reflexiones

No todas las personas tenemos por qué ser necesariamente metódicas, pero como la guía que estamos siguiendo tiene que ver con la buena gestión del tiempo y de los espacios, aplicar una metodología nos va a facilitar el cumplimiento de esas entregas a tiempo. Aquí tienes algunos métodos de aprendizaje, por si te interesa: 

  • Aprendizaje basado en proyectos. ...

  • Flipped Classroom (Aula Invertida) ...

  • Aprendizaje basado en problemas. ...

  • Pensamiento de Diseño (Design Thinking) ...

  • Gamificación. ...

  • Aprendizaje basado en el pensamiento (Thinking Based Learning) ...

  • Aprendizaje cooperativo. ...

  • Método Montessori.

Michelangelo no asistió a ninguna escuela en la que impartieran estos métodos. Es decir, no son necesarios para tallar la escultura del David. Lo bueno es que la mayoría de ellos están centrados en garantizar la colaboración y la cooperación.

Si tienen alguna ventaja frente a la competitividad propia del Renacimiento, es que están más diseñados para trabajar cooperativamente que para resaltar las destrezas individuales de cada uno.

De cualquier manera, él sí tenía un método que viene bien explicado en la web que te dejo en el apartado de bibliografía. Acabamos este punto concluyendo que aunque no seas una persona metódica, aplicar un método te ayudará a conseguir objetivos.

 
1.5 MATERIALES            

    Cortex malleo, clavus nihil

 

Cortex malleo, clavus nihil es una frase que me inventé mientras cuidaba los patios. Aunque parece recargarse de esa sabiduría grandilocuente de los preceptos latinos, en realidad solo viene a decir: “Martillo de corcho, nada clava”.

 

Evidentemente, si los materiales no son buenos, es mejor no usarlos. Necesitamos encontrar el mejor material que tengamos a nuestro alcance porque eso nos garantizará un resultado óptimo.

 

Y lo digo así de convencido porque un buen material puede incluso cambiar el transcurso de nuestra historia. No exagero. Te voy a contar dos anécdotas protagonizadas por una lente de cristal. En ambos casos interviene para transformar el arte:

La primera anécdota tiene que ver con el director de cine Stanley Kubrick. El director se propuso filmar la película de Barry Lyndon sin ningún tipo de iluminación artificial, incluso en escenas nocturnas.

 

Naturalmente, él ya sabía que era un reto muy difícil de conseguir, pero su ambición era tan exigente que los únicos que podían ayudarle eran los profesionales de la NASA, que se encontraba desarrollando su programa especial Apollo.

 

La NASA había encargado a una empresa alemana la fabricación de diez objetivos de 50 mm con f/0.7 (pensemos que los objetivos más luminosos a los que teníamos acceso en aquel entonces eran de f/1.1).

 

Tres de estas lentes terminaron en las manos de Kubrick. Para utilizarlas, tenía que instalar la lente en una cámara de vídeo, la Mitchell BNC. El problema era que la parte trasera era tan grande que no encajaban bien las piezas.

 

Kubrick le pidió al presidente de la corporación de productos de cine (Ed DiGuilio), que consiguiera hacerla encajar, y que cortara partes de la cámara si era necesario. Así fue como consiguió rodar toda su película utilizando solo la luz natural.

 

El resultado fue una película con una calidad en las imágenes nunca vistas hasta la fecha. Mi consejo es que, sea el material que sea, procura que sea el mejor que tengas a tu alcance. Y si no  lo tienes, fabrícalo tú mismo.

 

​La otra historia nos habla de otra época: la del Renacimiento. Para hacernos una idea, solo dire que gracias al desarrollo de una lente tan minúscula, los artistas consiguieron perfeccionar la técnica del dibujo a pasos agigantados.

Para ver la diferencia que supuso la utilización de la lente, podemos comparar la Anunciación de Fra Angelico con la Anunciación de Leonardo da Vinci. Veremos cómo cambian las proporciones, los volúmenes, el color...

 

Y si ese ejemplo no es lo suficientemente convincente, podemos tomar cualquier representación medieval de Jesucristo y compararlo con el ser mágico casi tridimensional como es el caso del Ecce Homo, también de da Vinci.

 

Verás que la repercusión que tuvo este cristalito no ha sido poca. Basta con recordar que la Edad Media fue una etapa que duró hasta diez siglos.

 

Obviamente no voy a tratar de convencerte de que solo fue el cristal quien supuso esta revolución. Intervino también la invención de la imprenta (que permitió recuperar los textos de Alhacén relacionados con la óptica), la predisposición de los autores a innovar, la voluntad de los mecenas para financiar esas ideas y la inquietud de la soecidad por conocer. Influtó todo.

 

El caso es que de no ser por el desarrollo de estas lentes ni el Renacimiento sería el que estudiamos hoy, ni el Barroco lo habríamos estudiado como lo que es. Ni siquiera podríamos disponer de cámaras de vídeo como las de nuestros móviles.

La lente es solo una parte minúscula, un material casi imperceptible. Nuestra profesionalidad se transmite sabiendo hacer un buen uso de ese material. Más allá de las lentes, fijaos en:
 

  • La pincelada de Van Gogh, son consecuencia de unos pinceles buenos

  • Las atmósferas de los grabados de Rembrandt hay tintas, pigmentos y metales de la mejor calidad. Incluso el papel que usaba era el mejor que tenía a su alcance,

  • Los barridos de pintura del Greco. Tienen esa calidad tan profesional no solo por el talento que los artistas supieron exprimir, sino también gracias a la calidad de los materiales que usaron.

 

Ten en cuenta que el resultado que ofreces a la hora de componer una imagen, no es solo la consecuencia de un talento extraordinario, de una inspiración divina, de una voluntad férrea o de una constancia inalterable.

 

Esa imagen nueva que estás trayendo al mundo, además es también una demostración de que has sabido utilizar las mejores herramientas que tenías a tu alcance para expresar de la manera más profesional lo que querías transmitir.

¿Y ahora qué hacemos? 

Haz una lista de materiales

 

¿Qué herramientas vas a integrar en tu modus operandi? ¿Pinceles, pinturas, lápices, un ordenador? ¿Vas a necesitar algo más? ¿Tinta, una tableta gráfica? ¿Y los soportes? ¿Papel, lienzo, cuaderno, madera, piedra? Puede que quieras imprimir tus trabajos digitales. ¿Has visto ya la variedad de papel que hay en el mercado? ¿Conoces el mercado? ¿Cuál es el papel que mejor expresa la idea en la que ya estás trabajando? ¿Qué presupuesto manejas? También hay que decir que dependiendo de la técnica que vayas a utilizar, te conviene utilizar un tipo de material u otro. Aquí te dejo una lista de materiales muy básica que puedes ver más ampliada en el apartado técnicas de la web hartes.art.:

 

  • Técnica seca: Carboncillo, lápiz conté, sanguina, barra de grafito, pastel, lápiz de grafito y policromo.

  • Técnica húmeda: Acuarelas, rotuladores al agua, temple al huevo, acrílico, nogalina, bolígrafo y alcohol, pilot y agua, tinta china y blotted line

  • Grabado: Xilografía, litografía, grabado en hueco que puede ser directo (Buril, puntaseca, manera negra) o indirecto (aguafuerte, aguatinta), monotipia y esmaltografía

  • Técnicas digitales: Software (Photoshop, GIMP, Rebelle3, paint.net, SeaShore…) y hardware (Impresoras, tabletas gráficas…)

  • Técnica mixta (mezcla de las anteriores)

Mi recomendación es que identifiques qué técnica es la que más se adecua a lo que quieres expresar, y una vez lo tengas claro, busques el material que más te convenga. Puede ser una tarea muy agotadora elegir lo mejor para ti, pero no tengo duda de que merecerá la pena el tiempo que dediques. Los mejores materiales harán que tu obra sea más personal aún.

Algunas reflexiones

Los mejores artistas del Renacimiento obtenían sus materiales en las proximidades. Nosotros tenemos la ventaja de poder obtener el mejor material del mundo, tan solo haciendo una búsqueda en internet y comparando unos productos y otros.

He pensado que esta sería una buena oportunidad para decir cuál es el mejor material para cada disciplina, pero luego he pensado que es mejor que lo busques tú. La experiencia de investigar es algo a lo que también deberías acostumbrarte.

Además, lo que yo considere adecuado para trabajar en  mi proceso creativo, podría no serlo para ti. Hay que experimentar, probar, dejarte recomendar. Y como tampoco quiero hacerte creer que no quiero recomendarte nada, te dejo en la sección de técnicas de mi web hartes.art todas las recomendaciones que te sugiero para cada técnica con la que vayas a trabajar.

 
1.6 PIENSA LO JUSTO

Cogito ergo sum

 

Si en el apartado anterior os hablé del material, aquí os aconsejaré sobre el uso del pensamiento, que debe usarse con la justa moderación y el correcto equilibrio. Lo hago porque en ocasiones, por muy buena que sea la técnica y muy buenos los materiales, veo muchos trabajos que no transmiten ningún concepto interesante. Otros tantos, desgraciadamente, suelen sobrecargarse con un peso tan conceptual que se convierten en algo inútil. También hay trabajos que están en su perfecto equilibrio, y eso se agradece mucho.

Usa tu criterio personal. Eso te ayudará a comprender mejor el contenido de las imágenes. Normalmente esto se hace a partir del espacio en el que se expone la obra y en consideración al contexto de la época. Nunca será lo mismo un cuadro expuesto en el MOMA (Museum of Modern Art), que ese mismo cuadro expuesto en el bar de un pueblo. Y no lo es, en gran parte, porque el espectador no es el mismo, el entorno tampoco, y por tanto el pensamiento que se deriva de la obra tampoco lo es. 

La frase de Descartes: "Pienso, luego existo", se convirtió en una especie de eslogan del racionalismo occidental, y la uso en la cabecera de este apartado para demostrar la importancia del pensamiento, no como algo indispensable en la vida (ya que en principio las plantas y las piedras no piensan y tienen existencia), sino como algo que ayuda a asentar las bases de nuestra trayectoria y que nos hace conscientes del camino que estamos siguiendo.

Creo que el exceso de pensamiento es lo que ha matado al arte clásico y también pienso que va siendo hora de retomar esa condición elevada del arte. Cuando digo arte clásico no hablo de respeto a la tradición, hablo de volver a tener la clase. Mi intención es volver a retomar ese impulso creativo más espiritual, más equilibrado, menos espectacular.

 

En una carta que el escultor Rodin envió al crítico Marcel Adam, le dijo: 

El Pensador (1882) tiene una historia. En los días pasados, concebí la idea de La puerta del Infierno. Al frente de la puerta, sentado en una roca, Dante pensando en el plan de su poema. Detrás de él, Ugolino, Francesca, Paolo, todos los personajes de La Divina Comedia. Este proyecto no se realizó. Delgado, ascético, Dante separado del conjunto no hubiera tenido sentido. Guiado por mi primera inspiración concebí otro pensador, un hombre desnudo, sentado sobre una roca, sus pies dibujados debajo de él, su puño contra su mentón, él soñando. El pensamiento fértil se elabora lentamente por sí mismo dentro de su cerebro. No es más un soñador, es un creador.

Más adelante, Gabriel Mourey, editor de la revista Les Arts de la Vie explica por qué el trabajo de Rodin había sido seleccionado para mostrarse:

Elegimos este magnífico trabajo de entre todos los demás porque ya no es el poeta suspendido sobre los golfos del pecado y la expiación, aplastado por la piedad y el terror de la inflexibilidad de un dogma, ya no es el ser excepcional, el héroe; es nuestro hermano en sufrimiento, en curiosidad, en pensamiento, en alegría, la alegría amarga de ver y conocer; no es más un súper ser humano, un predestinado, es simplemente un hombre de todos los tiempos.

 

La sentencia de Rodin al afirmar que ya no es un soñador, sino que el pensamiento fértil lo ha convertido en un creador, me resulta de lo más enriquecedora, y la elección de Gabriel Mourey para mostrar la escultura en esa época en concreto, también. Cuando Rodin dice que su primera inspiración fue quien lo guio, no estaba pensando. Su primer impulso fue instintivo, le vinieron imágenes a la mente (esto no significa que no tengas que pensar. El pensamiento es fundamental establecer unas bases generales de trabajo.), y con esas imágenes que emanaron de su propia creatividad, se puso manos a la obra. No pensaba, soñaba. Imaginaba. 

Ahora, una vez sepamos cuál es ese terreno fértil sobre el que debemos construir, sabiendo cuáles son nuestros gustos, habiéndonos planteado objetivos, conociéndonos  un poco más y sabiendo qué material usaremos en nuestro proceso creativo, ya es momento de parar un poco. 
 

Deja descansar al cerebro y déjate guiar, como Rodin, por la inspiración. Permite que de tu interior fluyan y emanen todas las imágenes contenidas que luchan por salir, deja que el inconsciente, los sueños, la imaginación, el espíritu, los ángeles, Dios, o lo que sea que se mueve dentro de ti, se exprese y diga lo que tenga que decirte. Dale la bienvenida al impulso que te mueve, y no hagas caso a las voces que te piden que no sigas, esas voces amenazantes quieren que dejes escondido todo el potencial en tu interior y no vas a darle ese gusto a nadie. Fuerza. No se trata de ser un genio incomprendido, sino una persona que lucha por hacerse comprender en una sociedad incomprensible.

¿Y ahora qué?

Ahora llega la hora de terminar bocetos, garabatos, fotos, manchas... No me importa lo que hagas, ahora que ya conoces lo que te estoy pidiendo, solo trabaja y preséntame diez propuestas de valor. Preséntame diez ideas viables que tengan que ver con el propósito que te planteaste al inicio. Diez bocetos que podrás desarrollar después, y celebra cada creación con una buena recompensa, la que más te beneficie. Y poco más. Sé salvaje, sé un caos, sin normas, sé una tormenta y desata tu furia creativa porque ya hemos pensado demasiado. Es hora de actuar.

 

Saca tu fuego interno. Ni las teorías expuestas aquí ni el pensamiento incorpóreo van a generar espacios físicos por sí solos. Ya hemos dedicado tiempo al tiempo, ahora te recomiendo que bajes la energía del cerebro al corazón. Que trabajes con las manos a partir de las buenas ideas que han sido debidamente maceradas. Estoy convencido de que llegados a este punto ya se te ha ocurrido más de una idea buena.
 

Venga, vamos a soltarnos de una vez y a hacer lo que queramos.

Algunas reflexiones

En la revista Cultura Genial, en un texto revisado por Andrea Imaginario, se habla de los pensamientos derivados de la contemplación del David de Michelangelo, dice lo siguiente:

El escultor escoge ese instante previo a la lucha, allí donde tiene lugar la mayor concentración mental, lo que implica que hay reposo pero también tensión. La juventud se equilibra con la inteligencia humana y la sabiduría divina.

 

En efecto, el triunfo de la inteligencia y la virtud sobre la fuerza, encarnan los valores propios del humanismo antropocéntrico de aquel contexto histórico. A estas cuestiones, los florentinos le dieron también una interpretación política.

En estas observaciones uno comprende que la obra no funciona aislada de su contexto, interviene también el contexto histórico y político.

...la impresionante obra de Miguel Ángel, (,,,) se convertía también en un símbolo de la lucha de la República florentina contra los dirigentes y los Estados adyacentes de la época: los Medici y los Estados pontificios.

Cuando la escultura David fue revelada en 1504 frente a los miembros de la sacristía que tenían hecho el encargo, provocó tal asombro que la consideraron demasiado perfecta para continuar con la idea original de ponerla en la Catedral.

Lo que representa la figura, que es el asesinato de un coloso, se extrapola para comprender la situación que rodea a la figura. El espacio en el que se ubica la obra recontextualiza el significado del relato dándole mucha más fuerza.

Para decidir dónde iban a colocar la nueva obra prima del Renacimiento, crearon un comité de 30 miembros, incluyendo artistas del calibre de Leonardo da Vinci y Sandro Botticelli, para decidir su nuevo palco. La estatua fue entonces colocada en el corazón político de Florencia, en la Piazza della Signoria, frente a la entrada del Palazzo Vecchio, donde estuvo hasta 1873.

Michelangelo escogió la postura, el momento previo al ataque. Lo pensó. También los demás pensaron que se trataba de una historia clásica que estaba ilustrando conflictos de la época. Los espectadores supieron verlo.

 

La escultura de Michelangelo ha sido pensada lo justo para sugerir en el espectador lo que era la sociedad actual. Trabajó con las manos mucho más que con el cerebro, la obra es el resultado de un perfecto equilibro entre el corazón, cerbero y espítiu.

1.7 HAZ LO QUE QUIERAS

Diliges et quod vis fac

 

Ya para terminar con este bloque, solo me queda decirte tres cosas:
 

  • La primera era darte un consejo,

  • También quería recordarte la necesidad de la constancia

  • Y por último quiero acabar hablando de la virtud.

 

El primer consejo que te doy es que hagas lo que quieras. En realidad es un consejo de San Agustín: “Ama, y haz lo que quieras”. Es el principio de la ética cristiana y la frase me sirve de inspiración para continuar con el hilo conductor que he elegido.

 

Puede parecer que al ponerlo en boca de nuestros padres parezca una frase que reproche tu modo de actuar: “Haz lo que quieras, anda”. No creas que lo estoy diciendo con ese tono. Te pido de verdad que hagas lo que quieras. Lo que ames. 

Si Miguel Ángel no hubiera hecho lo que hubiera querido, ahora no podríamos admirar todo su legado. Si hubiera hecho caso a los consejos de su padre, en lugar de un David de mármol tendríamos papeles burocráticos firmados y olvidados en un cajón.

 

Sí, su padre tampoco quería que fuese artista, quería que fuese un abogado más. Menos mal que se rebeló y al final hizo lo que quiso. Si hubiera hecho algo que no hubiera querido, tendríamos otro abogado desconocido. Así que, mi consejo es claro:

AMA Y HAZ LO QUE QUIERAS

 

Lo aclaro, porque es muy probable que después de tanto tiempo hablando de amor, aún no sepamos ni siquiera lo que significa esa palabra. Por un lado, eso es porque esta palabra amor ha sido bastante vilipendiada:

 

  • Las canciones la usan como recurso adictivo,

  • las películas de cine reiteran el tema abordándolo desde la misma perspectiva comercial,

  • los publicistas incorporan la palabra a sus mensajes de consumo barato,

  • las navidades han convertido el amor en un producto en venta...

 

Si comprendemos las diferentes acepciones de la palabra amor y acudimos al origen, veremos que en griego, “amor” se dice de tres formas diferentes, y cada una tiene su significado individual:

  • Eros, que es el amor entre dos personas. De ahí viene la palabra erótico.

  • Philía, que nos habla del amor con amistad o familiar. De ahí la filo- sofía, por ejemplo.

  • Ágape, el amor que se entrega al otro sin esperar nada a cambio.

Y luego está la palabra en latín, que nos da dos maneras para decir “amor”:

  • Amor, que es el amor pasional, instintivo, emocional, irracional.

  • Diliges, un amor reflexivo, desinteresado, cuidadoso y atento.

Ya tenemos el origen etimológico de la palabra y cinco definiciones obtenidas a partir de ellas. Todo ese contenido magnánimo se ha reducido a una sola palabra: Amor. Creo que ya queda más claro el asunto.

 

Por no volver a repetir esa palabra amor, aquí lo que te aconsejo es que hagas las cosas con ágape y diliges, es decir, no con el amor típicamente latino, sino actuando de manera cuidadosa y atenta. No hace falta que esperes nada a cambio, pero ten por seguro que recibirás tu recompensa al hacerlo.

 

Por experiencia te digo que cuanto más sabe uno sobre una materia, más dispuesto está a amar esa disciplina, y cuanto más disfruta con lo que hace, más pasión pondrá a la hora de trabajar.

​​¿Y ahora qué hacemos?

Hay un experimento que vi en un documental llamado "Los secretos del agua", que a mí me funcionó y quedé bastante sorprendido con los resultados. Me hizo comprender que al hacer las cosas con amor (tal y como lo hemos descrito aquí), se percibe un cambio físico en el objeto al que estamos dedicando nuestras atenciones.

 

Se revelan materialmente estructuras armónicas. Revelar no significa más que descubrir un secreto, y realizar esta tarea no corresponde a los místicos, sino más bien a los científicos, que se encargan de poner a prueba las teorías a base de ensayo y error.

Este experimento consiste básicamente en colocar arroz cocido en dos frascos de vidrio totalmente transparentes. Deben tener la misma proporción, luego agregamos agua y cerramos los botes. Durante un tiempo, a uno le dedicamos energía positiva, halagos, bendiciones y palabras bonitas. Y al otro bote lo vamos a odiar, a insultar y a lanzar maldiciones. 
 

Descubriremos al cabo de treinta o cuarenta días que, haciendo esto al menos una vez el día, el arroz sometido a las energías negativas acabará negro y putrefacto; el otro, que estuvo rodeado de buenas vibraciones, lo encontrarás con un tono amarillento y con un olor parecido al de la mantequilla.

Ha sido la demostración más clara para justificar que la emisión de energías relacionadas con el amor afectan a la materia de manera directa. Si no crees nada de lo que digo, compruébalo y sorpréndete.

1.8 SÉ CONSTANTE

Age quod agis

 

Este es el penúltimo consejo que te voy a dar en este bloque dedicado a la pre-producción: “Hagas lo que hagas, haz lo que estés haciendo”.  Creo que la falta de constancia es uno de los problemas más comunes a la hora de finalizar los proyectos. Y es algo que puede resolverse fácilmente con diligencia.

Cuando vayas a dibujar, dibuja. Cuando comas, come. Cuando estés hablando, habla. Y cuando estés chateando, chatea. El problema es cuando comes, dibujas, hablas, y entre medias escribes mensajes por el móvil. Dejas de usar la percepción como algo valioso y dispersas su potencial. Si haces todo a la vez, no estarás centrando tu atención en una actividad y tu conciencia no reconocerá cuáles son las intenciones de tu voluntad. 
 

En la carta número 526 que Vincent le escribe a su hermano Theo, escribe: 

Con la esperanza de llegar a vivir con Gauguin en nuestro estudio, quiero pintar una serie de cuadros. Nada más que grandes girasoles... Si llevo a cabo mi plan, pintaré una docena de cuadros. El conjunto es una sinfonía en azul y amarillo. Trabajo todos los días desde que sale el sol. Porque las flores se marchitan enseguida y hay que pintarlo todo de una vez.

 

Son siete cuadros con temática de girasol los que acabó pintando. Vincent no llegó a los doce cuadros porque al final acabó enfadado con Gauguin (algo comprensible si estamos al tanto del temperamento de ambos).

 

El primer pintor trabajaba de forma rápida e impulsiva, mientras que su compañero Gauguin prefería hacer trabajos más elaborados, con diferentes estudios preliminares, dedicándoles mucho tiempo... Si se hubieran llevado mejor, la anécdota habría servido para demostrar eso, que la constancia y la concentración son actitudes que se entrenan y que no son innatas.

 

Es un contraejemplo. Una anécdota que, en lugar de hablar de los beneficios de ser constante en el trabajo, nos advierte de los peligros que nos acechan al juntarnos con quien no debemos, ya que ralentiza tu progreso.

 

Normalmente es preferible trabajar junto a gente que te respeta y te valora (en un clima equilibrado y armónico), que juntarte con personas demasiado exigentes, tensas y que provocan conflicto allá donde vayan, por muy geniales que sean.

Dicho esto, te repito que lo mejor es que hagas lo que quieras y que seas constante. Aquí algunos datos de artistas que actuaban así:

  • Vincent Van Gogh produjo todo su trabajo (unas 910 pinturas y 1100 dibujos) durante un período de solamente 10 años (etapa de 1880-90).

  • Johan Sebastian Bach, abarca un total de 1.127 obras según un informe elaborado por Wolfgang Schmieder en el año 1950. 

  • Picasso, firmó más de 13.500 pinturas, 2.500 grabados, 100 cerámicas, 700 esculturas y alrededor de 14.000 dibujos. Una noche se me apareció en sueños y me dijo que mientras todos le criticaban, él seguía pintando sin parar. Me comentó que ahora nadie recuerda el nombre de esos críticos, mientras que su nombre resuena por todo el mundo.

Así que ya sabes. Valora el poder de la constancia. No te va a servir de mucho empezar un proyecto y cambiar el rumbo al poco tiempo, ya que volverías a empezar de cero y no aprenderás de los errores, sino que tratarás de evitarlos o esconderlos, y esta no es una postura muy madura.

1.9 El VIRTUOSISMO

“Aurea mediocritas"

Quinto Horacio

 

Acabo este primer bloque hablando de la virtud: “La virtud es el punto medio entre dos vicios opuestos”

 

Platón asociaba las virtudes del ser humano a las diferentes partes del alma, siendo la prudencia, la fortaleza, la templanza y la justicia consecuencias de haber conocido la parte racional, la irascible y, por ende, el estado de armonía del alma. 

Aunque no lo parezca, la virtud es relativamente fácil de percibir. En lo textos de Platón vemos que Sócrates asociaba la virtud con la belleza. Y tal y como sucede con cualquier otra virtud, para mantenerla hay que ser constante. Si no me crees, fíjate en lo siguiente:    

  • Cada día tienes que demostrar tu bondad para ser considerado bueno; si cometes un solo delito, ya eres un delincuente. 

  • Un vegetariano tiene que demostrar ser vegetariano cada día. El que come carne un día, pierde su credibilidad.

  • Para ser considerado honesto, es necesario actuar en consecuencia, un solo error servirá para tacharte de corrupto durante el resto de tu vida.

  • Para demostrar tu fidelidad en la pareja, tienes que ser fiel todos los días de tu vida. Deja de serlo un solo día, y serás infiel parar siempre.
     

Soy consciente de que esta sociedad en la que vivimos es vengativa, castiga y no acostumbra a perdonar. Es dura y exigente con el resto, muy crítica cuando se enfrenta a alguien virtuoso, y este comportamiento proviene de una tradición que no se ha cuestionado lo suficiente la ética de sus comportamientos heredados.

 

Cuando ofreces algo al mundo como creador de imágenes, lo más probable es que ese trabajo pase desapercibido entre las sombras, como una hoja que cae en medio del bosque. En algunos casos será duramente criticado por los envidiosos que no han sido capaces de hacer lo que tú has logrado. No te preocupes por eso.

 

John Lennon lo decía: “Cuando hagas algo noble y hermoso y nadie se de cuenta, no estés triste. El amanecer es un espectáculo hermoso, y sin embargo, la mayor parte de la audiencia duerme todavía”. Simplemente hay que ser conscientes de que construir la virtud lleva toda una vida, y que basta un día para destruirlo todo. 

  • Imagina un árbol milenario que crece, y una bomba que la destroza.

  • La gestación de un niño, y la velocidad con la que sucede un accidente en coche. 

Como ves, lo más seguro es que la bomba y el accidente aparezcan en el apartado de sucesos, en las noticias. Siempre van a centrarse en la tragedia y en lo que ocurre de manera inmediata.

 

Tenemos esa necesidad de estar actualizados inmediatamente, con sucesos inmediatos, impactantes, y la belleza no es un reclamo. ¿Por qué no? Obvio, porque los sucesos hermosos requieren tiempo de calidad, y vivimos en una sociedad frenética.

 

¿Te imaginas que en el apartado de sucesos del telediario apareciera una noticia en la que una nieta le ha dado un abrazo a su abuelo? ¿O que una tomatera ha tardado más de la cuenta en producir un tomate? De momento es inconcebible.

 

La virtud puede desarrollarse con constancia, da igual en qué materia o disciplina trabajes, la belleza debe admirarse y expresarse independientemente del contexto en el que vivas porque nos hace mejores. Es una cualidad que se desarrolla con el tiempo. Todos tenemos esa cualidad para crear, basta con desarrollarla.

 

Cuando salgas al mercado laboral, verás que los empresarios te pedirán que aportes soluciones a sus conflictos laborales, y debes saber que el dibujo es la mejor herramienta que tenemos a nuestra disposición para aportar soluciones a nuevos problemas, tanto los tuyos como a los de la institución en la que trabajes.

 

El dibujo nos ayuda a sintetizar la información, a estructurarla en bloques, a ordenarla, y eso nos permite ver con mayor claridad los recursos que tenemos a nuestro alcance. No dejes de dibujar nunca. Por tu bien. Por el bien de los demás. Encuentra la virtud del dibujo. Encuentra tu virtud también en el dibujo.

 

¿Y ahora qué hago?

 

Ya estás preparado para el siguiente bloque. Lo que no debes hacer ahora es decir eso de: “Es que a mí no se me da bien dibujar”.

 

Si no se te da bien dibujar, sigue trabajando hasta que te salga bien, y cuando el proyecto que planteas esté bien, entonces nos pondremos manos a la obra para que esté genial. Ve con paciencia, y como dijo el emperador romano Augusto: festina lente. Es decir, apresurándote despacio, sin pausas, sin prisas...
 

Si hemos asociado los movimientos lentos y continuados a la belleza de lo natural, veremos que habrá ciertos aspectos estéticos y psicológicos que afectarán a nuestra percepción. Aprovecha esos estados de meditación y calma, contempla, observa, siente, y esa energía se contagiará al entorno más cercano. Con eso será más que suficiente.
 

Y como capricho, ya que estamos llegando al final la primera parte, os voy a contar un cuento que cierra un poco el bloque al que hemos dedicado buena parte de nuestra atención. Como las metáforas siempre ayudan a interiorizar conceptos de una manera mucho más especial que memorizando datos que pueden olvidarse fácilmente, voy a contar esta historia que empieza como todas las que empiezan por "Érase una vez..." 

Un joven, quería convertirse en un gran leñador, y oyó hablar del mejor de los leñadores de Alaska. Por eso decidió ir a su encuentro y contarle su decisión.

—Quiero ser su discípulo. Quiero aprender a cortar árboles como usted.

El joven se aplicó en aprender las lecciones de maestro y después de algún tiempo creyó haberlo superado. Se sentía más fuerte, más ágil, más joven, estaba seguro de vencer fácilmente al viejo leñador. Así que desafió a su maestro en una competición de ocho horas para saber así cuál de los dos podía cortar más árboles. El maestro aceptó el desafío, el joven leñador comenzó a cortar árboles con entusiasmo y vigor. Entre árbol y árbol miraba a su maestro, que la mayor parte de las veces lo encontraba sentado. El joven volvía entonces a talar sus árboles, seguro de que vencería y sintiendo pena por su viejo maestro. Al caer el día, para gran sorpresa del joven, el viejo maestro había cortado muchos más árboles que él.

—¿Cómo puede ser? —se sorprendió—. Casi todas las veces que lo miré, usted estaba descansando.

—No, hijo mío, yo no descansaba. Estaba afilando mi hacha. Esa es la razón por la que has perdido.

 

Esta historia nos hace comprender la importancia que tiene “afilar el hacha”, y afilar el hacha era la misión principal del primer bloque de esta guía. Sé constante siempre, y afila tu hacha porque es en el siguiente bloque donde vamos a usarla con más efectividad.

 

BIBLIOGRAFÍA

Creatividad en eduación

Miguel Angel, una vida épica. De Martin Gayford.

Roba como un artista, Austin Kleon

A life on paper, Leonard Barkan

Cuaderno de artista (web)

Gestión de los tiempos (artículo)

Cómo gestionar el tiempo

Piensa en ti, Joaquina Fernández

Metamorfosis de Ovidio

Proceso creativo de Michelangelo (web)

El conocimiento secreto, de Hockney

Esculpir el tiempo, de Tarkovsky

Los secretos del agua, de Masaru Emoto.

Cartas a Theo.de Vincent van Gogh

Grafología

Astrología

Eneagrama

Poco más.

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